jueves, 3 de abril de 2014

Tarde de bar con la amiga se mi ex



Era una tarde cualquiera, uno de esos aburridos días que tienes por delante con la agenda vacía y no eres capaz de encontrar algo entretenido con lo que llenarla. Y como por arte de magia, recibes una llamada con algo que te despierta interés. Recibí la llamada de una buena amiga que me comentó que inauguraban un local en el que trabajaba hasta ese momento los fines de semana, pero que lo empezaban a abrir por las tardes, por lo que me invitada a pasarme para ver el local y tomar algo cómodamente.

Me apetecía.. realmente me apetecía. Así que revisé mi agenda de móvil buscando alguien con quien ir, ese proceso que no tarda demasiado porque para salir de fiesta te vale casi cualquiera pero para tomar algo una tarde tiene que ser alguien con quien sepas que no vas a aburrirte en absoluto J

Aquí entra en juego mi ex­-pareja Laura.

Mmm.. qué buenos recuerdos guardo con ella pensé, y me perdí durante varios minutos….

(Estoy en mi casa y ella está esperándome en mi habitación, en mi cama.. me doy una ducha rápida para estar fresquito y aun más rico para ella. Casi sin secarme por las prisas voy corriendo hasta la cama desnudo y ummm.. ella ya me ha ahorrado ese trámite. Está preciosa… ese cabello rubio, esos ojos claros, esa cara que me mira con vicio. No pierdo un segundo en deslizarme bajo las sábanas y aparecer entre sus piernas con mirada pícara. Comienzo a dar mordisquitos por sus muslos, a deslizar mi lengua dejando un rastro húmedo por donde pasa y justo antes de llegar a su sexo y notando como su respiración se acelera.. paso al otro muslo y repito la jugada. De nuevo estoy a punto de llegar a su sexo y esta vez.. ella me agarra fuerte del pelo y con voz susurrante me ordena,

-Alber cómeme ya el coño!

No puedo sino obedecer y comencé a rodear su clítoris con mi lengua, sé exactamente cómo le gusta que lo haga y que mi propósito es que se corra en mi boca.. que se corra para mi!!

Mis manos recorren sus caderas, su vientre planito, buscan sus pechos y pellizcan sus pezones a medida que aumento el ritmo y la presión con la que mi lengua frota y frota su clítoris.

Comienzo a notar cómo sus piernas se van descontrolando y se mueven como por espasmos, es curioso que pueda ejercer ese efecto en ella desde mi lengua en su coño. Pero ummm me encanta!

Presto atención a su respiración, a sus gemidos y de vez en cuando alzo la mirada para ver su carita de placer, como se retuerce en la cama y sujeta la almohada como en un intento fallido de no gritar demasiado.

Y en un instante siento que viene.. siento que ya llega.. los gemidos aumentan en ritmo y volumen, sus manos aprietan fuerte mi cabeza para que no afloje el ritmo y yo al tiempo que succiono su clítoris paso mi lengua arriba y abajo hasta que..

-Ahhhhh..!! Ohh dios Alber Siiiii… Me corroo o o o o ooo…!!

Ummm.. delicioso.. sus piernas desbocadas, sus gritos ensordecedores y el sabor de su corrida es néctar de Dioses.

-Es tu turno!

escucho tan claro que hace que mi polla en tan solo dos segundos se ponga plenamente dura..)

Salí de mi recuerdo con un claro ejemplo de los efectos que aun produce en mí y mirando mi entrepierna vi que tenía una erección increíble.

La escribí por whatsapp y aceptó encantada, comentándome que iría con una amiga con la que pasaría la tarde.

Bueno, cuantos más seamos, más reiremos suelo decir siempre J

Dio la hora acordada, en Moyua y ya de lejos vi dos mujeres altas, llamativas, realmente preciosas, una era Laura pero y la otra amiga? Joooder pensé.. está buenísima, carita preciosa.. alta.. unos vaqueros que se ciñen a unas piernas largas y un culito que ummm.. seguro que está delicioso.

Traté que no se notaran mis pensamientos en mi cara y dando dos besos a cada una fuimos al local donde nos esperaban.

Entre charla amena.. risas.. llegamos al local y nos pedimos unos tés que pintaban casi tan ricos como mi nueva amiga Sandra. De manera que me sorprendía, nos dedicábamos un sinfín de miradas y aprovechando que estaba sentado a su lado, procuraba acariciar su pierna con mi mano cada vez que le hablaba directamente a ella. No parecía disgustarle y me dedicaba una enorme sonrisa de dientes blancos y labios que gritaban en mi cabeza, BE-SA-LA Alber..

Laura, haciéndome un guiño y sin esperármelo, saca a relucir justamente ese pensamiento que me había invadido unas horas antes y le recomienda encarecidamente a nuestra amiga Sandra, que no deje de probarme, que soy un amante estupendo y que debería probar en sus carnes lo que es sentirme con ella..

Me sorprendió que Sandra lejos de ruborizarse, mostraba interés por el tema y entre risas volvía a dedicarme miradas que yo interpretaba como pícaras y justamente así era como yo se las devolvía.

Sandra comentó que tenía novio desde hacía ya cuatro años, pero que no estaba en su mejor momento, que ya no sentía esa chispa ni esas ganas del chico en cuestión. Por lo que no lo vi un mayor problema y si una posibilidad de uno y cientos momentos cargados de morbo y placer entre nosotros.

La charla no se desviaba del tema Alber-buen amante-entregado-Sandra-pruébalo y yo cada vez estaba sentado algo más cerca de ella de forma que mi pierna hacía contacto permanente con su pierna y cuando nos girábamos para dirigirnos la palabra, a mi impresión, nuestras bocas quedaban deliciosamente cerca.

Vahh.. sueñas Alber!! Pensé en ese momento.

Sandra se levantó diciendo que iba al servicio y que preguntaría en la planta de arriba por su ubicación, ya que ninguno de los tres lo sabíamos.

Al desaparecer subiendo las escaleras mis ojos no se desclavaban de esas piernas, de esa cinturita.. y sin pensarlo dije:

-Laurita cariño, voy a subir a indicarle dónde queda el servicio que si no hay nadie arriba no lo va a encontrar.

Ni corto ni perezoso me eché escaleras arriba y ahí la encontré, mirando a los lados en busca del servicio y acercándome por su espalda la sujeté por la cintura y le susurré al oído;

-Sandra, me dejas que te guíe hasta el servicio..?

-Claro Alber, me dejo llevar.. dijo en voz baja con una medio sonrisa pícara.

Sin perder mi sitio tras de ella acariciando su cintura la fui guiando y una vez en la puerta me detuve, no sabía si ella había aceptado mi invitación en la forma que yo muy sutilmente la había lanzado pero no tardó en sacarme de dudas.

Se dio la vuelta y pasando su mano por mi nuca, me acercó hasta que nuestros labios chocaron como la mar choca contra las rocas, de esa manera pasional, fuerte, dura pero a la vez suave, con sus labios decorados por gloss labial se deslizan en los míos, mi lengua dentro de su boca buscando pelea con su lengua y sin dejar ese beso tal delicioso nos ocultamos en el baño y cerramos el pestillo.

No hubo diálogo alguno, no hizo falta, tan solo la semi-oscuridad del lugar y nuestros deseos nos llevarían al punto que los dos deseábamos.

Entre besos y caricias, unos zapatos por aquí.. un pantalón por allá.. camisetas.. quedamos prácticamente desnudos y en ese momento me dijo;

-Alber, llevo una hora escuchando lo buen amante que eres y que debería probarte, pues bien, aquí me tienes y quiero que me hagas lo que hacía enloquecer a Laura.

Antes que terminase la frase mis manos estaban acariciando su sexo suavemente, con las ganas y la dulzura de ese momento, los besos pasaron a ser mordiscos por su cuello y tratando que notase mis uñas por su espalda y su culo.

Fui dejando el rastro de saliva por su cuello de un lado al otro, lamí su barbilla, sus labios y al tiempo que alcé su cabeza para que mirase al techo deslicé mi lengua por su nuez y bajando me detuve en sus pechos. Rodeé sus pezones con mis dientes y los pellizqué suavemente notando como se endurecían dentro de mi boca y al tiempo sintiendo cómo su coño estaba ya mojando mi mano dejé entrar dos deditos y llegué con ellos al máximo que entraron, al mismo tiempo que se escapó su primer gemido.

No sería el último de ese día, era mi propósito claro.

Mientras suavemente mis dedos entraban y salían de ella, iba sintiendo su respiración en el silencio del servicio. Me fui agachando sin dejar de besar y morder cada parte nueva de su cuerpo que me iba encontrando. Su vientre.. sus caderas.. su monte de Venus y.. por fin, su ardiente coño.

Abrí sus labios con mi mano para dejar su clítoris al alcance de mi lengua y lo acaricié con ella desde su agujerito donde aun estaban mis dedos dentro hasta su clítoris escuchando esta vez su segundo gemido.

Se apresuró a agarrarme del pelo y yo hábilmente esquivé su intento. Me separé unos centímetros y coloqué nuestras camisetas en el asiento del servicio. Con suavidad la senté y arrodillándome ante ella sujeté una de sus piernas y la puse sobre mi hombro, tratando de maximizar su comodidad.

Acaricié sus piernas con mi lengua de nuevo en mi juego preferido, hacer que se muriese de ganas por sentirme plenamente centrada en su coño, y cómo si leyese mi pensamiento me dijo;

-Alber, no me hagas desearte más, ya estoy muerta de ganas por sentirte!

De nuevo obedecí y esta vez no pasé de largo su coñito sino que dejando entrar de nuevo dos dedos dentro de ella dejé a la vista su clítoris y lo hice mío. Mi lengua tenía más ansias de ella que de nadie jamás y traté que lo notara. Succionaba con fuerza y al tiempo pasaba mi lengua contra él, suave pero con firmeza como queriendo desgastarlo poco a poco.

A medida que su respiración se agitaba mi ritmo de la lengua aumentaba y con ello el ritmo al que mis dedos entraban y salían de su coño con ese ruidito tan delicioso que hacían sus jugos al movimiento de mi mano. Ummm..

Noté sus manos en mi cabeza apretándome contra ella, casi no podía coger aire pero nada me importaba, tan solo lograr tener su corrida en mi mano, en mi boca, y mirar su carita de placer en ese momento.

Escuchaba de fondo como gemía y decía como para sí misma, más Alber más.. cómemelo más fuerte, más rápido y no pares.. estoy a punto nene..!!

Aumenté la velocidad a la que frotaba con mi lengua y mi forma de follarla con los dedos se volvió más agresiva, en mi hombro sentía como su pierna daba síntomas de estar cerca de ESE momento y me animaba a no disminuir las sacudidas lo más mínimo. De repente sentí cómo me tiraba del pelo, como sus gemidos dejaban de ser contenidos y entre gritos y sin dejar de chuparla lo sentí..

Se estaba corriendo, se estaba corriendo para mí y lo hacía de una forma increíble, deliciosa, y sus jugos resbalaban por mi mano y los lamía sin querer dejarme nada sin saborear. Estaba jodidamente rica.. toda ella!!

Nos vestimos entre risas y miraditas de vicio, y bajamos las escaleras camino dónde habíamos dejado a Laura pero.. Laura no nos había esperado. Se había ido a casa así que nos paramos en la entrada del bar y mirándonos el uno al otro con gesto pícaro me dijo;

-Alber, te debo al menos uno no?

Le guiñé un ojo y agarrados de la cintura nos dirigimos al hotel más cercano. Con más ganas aun que al principio de vernos.

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